lunes, 6 de junio de 2011

Observando a sus bebés, las madres adolescentes pueden aprender mucho sobre cómo ejercer su maternidad

Uno de los problemas a los que se enfrentan las madres adolescentes que se quedaron embarazadas por accidente al tener relaciones íntimas sin las debidas precauciones, es su inmadurez para afrontar su maternidad y el cuidado del bebé, un reto que exige asumir muchas responsabilidades.

Las madres adolescentes a menudo se topan con problemas que dificultan el que puedan ejercer una maternidad razonablemente normal y apropiada, que les permita potenciar y aplicar sus talentos naturales como madres.

Las madres adolescentes necesitan el apoyo de sus padres para poder superar el reto de ejercer su maternidad. El embarazo en sí mismo ya es fuente de preocupaciones para ellas y para sus padres. A veces, la carga que supone para la adolescente esa maternidad inesperada la puede compartir con el padre de la criatura, casi siempre otro adolescente, pero en otras ocasiones el padre está ausente.

Para esas madres adolescentes, tener el apoyo necesario durante el embarazo y en los primeros meses después del nacimiento de su retoño puede dar lugar a una relación más positiva entre la madre y el niño.

Victor Bernstein y Sydney Hans, de la Escuela de Asistencia Social de la Universidad de Chicago, han realizado una importante labor de investigación para encontrar las mejores estrategias de asesoramiento, concienciación y apoyo psicológico a las madres adolescentes. Y han desarrollado diversos "trucos" para enseñarles cuestiones prácticas de un modo adecuado a su corta edad. Por ejemplo, una trabajadora social puede pedir permiso a la madre para sostener en sus brazos al recién nacido, y pedirle que llame a éste por su nombre, para que así vea cómo el bebé reacciona ante su voz girando la cabecita hacia la dirección desde la que ha escuchado a su mamá. Esta experiencia directa puede mostrar a una joven madre la importancia de hablarle a su hijo, mucho más vívidamente de lo que podría cualquier explicación verbal.

Bernstein y otros colegas de la escuela han realizado una amplia investigación sobre las necesidades de las madres jóvenes, especialmente las madres adolescentes cuyos embarazos se debieron a un descuido. Su trabajo muestra que una amplia variedad de estilos de crianza pueden ser eficaces para criar a los niños, pero resulta crucial ayudar a una madre a centrarse en su bebé y a hacer de éste una prioridad.

(MANUEL FELIPE)

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