miércoles, 8 de junio de 2011

Nuevo avance en el borrado selectivo de recuerdos

¿Algún día se podrán atenuar en el cerebro los recuerdos traumáticos que atormentan, por ejemplo, a quienes han tenido que vivir una guerra, sufrir una violación o presenciar crímenes horrendos? Se ha hecho un descubrimiento que puede ser un paso importante hacia esa dirección.

El equipo de David Glanzman de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha eliminado, o al menos atenuado considerablemente, recuerdos de largo plazo, tanto en un caracol marino denominado Aplysia como en neuronas en una placa de Petri.

Los investigadores descubrieron el modo de borrar ciertos recuerdos de largo plazo (manifestados en el miedo a algo que el caracol marino recordaba como peligroso). La manera de borrar tales recuerdos se basa en inhibir la actividad de una proteína específica, la PKM.

En estudios previos, se ha logrado eliminar o debilitar recuerdos manipulando los niveles de ciertas proteínas, justo cuando cada recuerdo era evocado.

Esta línea de investigación podría acabar desembocando en el desarrollo de métodos eficaces para tratar el estrés postraumático, así como la adicción a las drogas, dos casos en los que la memoria ejerce un papel importante. Quizás también podría ser de utilidad para combatir a la enfermedad de Alzheimer y a otros trastornos de la memoria de largo plazo.

Se ha demostrado que casi todos los procesos que intervienen en la memoria del caracol también intervienen en la memoria de los mamíferos. El motivo de estudiar la memoria en el caracol es que resulta más fácil que en animales superiores; es como estudiar una versión simplificada de unos planos. El cerebro humano es demasiado complicado como para estudiarlo directamente, al menos con los medios actuales y el estado presente de la ciencia.

El equipo de Glanzman cree factible que en un futuro quizá no muy lejano sea posible examinar el cerebro de alguien, identificar la ubicación del recuerdo de una experiencia traumática y tratar de atenuarlo. La parte más difícil del proceso no es el borrado en sí, sino localizar dónde está grabado el recuerdo. Una vez hallado el circuito neuronal que lo contiene, entonces se necesitará aplicar un modo selectivo de inhibir la actividad de la PKM en ese circuito.

Por otra parte, si, en vez de inhibir, se estimula la actividad de la PKM en amplias zonas del cerebro, quizá eso podría tener un efecto beneficioso para los pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
(MANUEL FELIPE)

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